Gobiernos y empresarios de diez países del continente americano acordaron este viernes en Honduras desalentar las corrientes migratorias mediante la generación de empleo con inversiones y propiciar mejores condiciones de vida para las poblaciones, al concluir la denominada XVII Cumbre de Tuxtla.
La cumbre, que contó con la presencia de solamente dos vicepresidentes y varios cancilleres o vicecancilleres, terminó con la firma de la Declaración de San Pedro Sula, en el norte de Honduras y en donde tuvo lugar el evento, en en cual se comprometen a "reducir el impulso de la migración".
Para frenar las corrientes migratorias hacia Estados Unidos, especialmente desde Guatemala, El Salvador y Honduras, propusieron la "formación de una gran iniciativa internacional para la generación de empleo e inversiones".
Este asunto ya provocado continuas embestidas y presiones de la administración del republicano Donald Trump, quien repetidamente se ha referido a la ola de inmigrantes como una "invasión", que también propicia la entrada de criminales.
La nueva iniciativa debe incluir el apoyo a la micro, pequeña y mediana empresa, la generación eléctrica, construcción de carreteras, el apoyo al turismo, desarrollo de las tecnologías digitales, el uso sostenible de los recursos naturales, salud, educación y mejorar la seguridad ciudadana, entre otros proyectos.
Los firmantes estimaron que la acción conjunta entre gobiernos y empresarios, "coadyuvará a forjar condiciones para propiciar una mejor calidad de vida en nuestros pueblos y un óptimo desarrollo sostenible".
Además, abogaron "como países de origen, tránsito, destino y retorno, por una migración segura, ordenada y regular con un enfoque centrado en la persona migrante y en el desarrollo social y económico para la atención de la causas estructurales" de la migración.
En otro orden, condenaron "enérgicamente el ataque terrorista en El Paso, Texas, el 3 de agosto, dirigido contra la población latina y motivados por la xenofobia y discriminación racial" que dejó 22 personas muertas.
Como parte de las acciones contra la migración irregular, también acordaron promover acciones "para contrarrestar las amenazas a la seguridad regional que impide el desarrollo sostenible de la región, así como la construcción de sociedades justas y pacíficas".
En esa línea, reafirmaron su compromiso de luchar "contra la violencia y la prevención del delito, el crimen organizado transnacional, el problema mundial de la drogas y la corrupción".
El llamado mecanismo de Tuxtla fue creado en una reunión presidencial el 11 de enero de 1991 en Tuxtla Gutiérrez, sur de México, para promover el desarrollo en los países centroamericanos y el sur de México. Se sumaron después Colombia y República Dominicana.